Juan Manuel López Cascón, Fiscal número uno de su promoción en España

acido en Badajoz el día 30 enero de 1997, Juan Manuel ha conseguido su sueño desde que comenzara a estudiar el grado de Derecho en la Universidad Carlos III de Madrid. Su niñez transcurrió en Badajoz donde se formó en el Colegio de los Maristas. Ya entonces sintió la vocación de servicio público. De padre médico destinado en Badajoz y madre almendralejense, licenciada en Filología Inglesa pero dedicada a su familia, tiene un hermano economista. Sus dos aficiones claras: el deporte y la lectura.

Juan Manuel es noticia porque consiguió aprobar la oposición a fiscal siendo el número uno de su promoción, un hito para cualquier chico de su edad.  Actualmente, está destinado en Málaga.

Ante todo nuestras felicitaciones por el logro conseguido. ¿Qué sensación tuviste al saber que eras el número 1 de tu promoción?

Cuando me enteré de que era el número 1 de mi promoción fue alrededor de un mes después de saber que había aprobado y es algo que no me esperaba para nada. Realmente, el mejor momento de la oposición es cuando te dicen que has aprobado, justo después de hacer el último examen, ese mismo día. Cada opositor acaba de cantar sus temas y espera en el pasillo del Tribunal Supremo a que el tribunal examinador delibere sobre tu examen y, apenas minutos después de haber acabado, te dicen si apruebas o no. Realmente es en ese momento cuando llega el sentimiento de euforia y de inmensa felicidad que conlleva ser consciente de que por fin has aprobado. Así que, hasta que no se examinaron todos los opositores, no supe que había sido el número 1 de mi promoción. Aunque debo decir que estaba muy pendiente de las notas del resto de opositores con los que competía por este logro porque, una vez que ya sabes tus notas, dependes de lo que hagan los que se examina después que tú. Pero, por supuesto, sentí muchísima felicidad por ver que todo el esfuerzo ha tenido su recompensa y, sobre todo, estaba feliz por saber que los que me han apoyado y acompañado en este camino me han visto, no solo aprobar, sino aprobar con la mejor nota de España de mi promoción.

¿A qué has tenido que renunciar para conseguir tu propósito?

Esta es quizás la cuestión más importante que tienes que tener en cuenta antes de sentarte a estudiar cualquier oposición. La oposición implica renunciar a muchas cosas. La oposición, para mí, ha supuesto renunciar, en cierta medida, a mi juventud, aunque no me arrepiento para nada. He estado cuatro años en los cuales mi tiempo se dedicaba a estudiar. Salía con mis amigos un día a la semana; no diferenciaba entre días laborables y días festivos. Iba a las reuniones familiares en contadas ocasiones; mis vacaciones anuales eran unos días en Navidades y poco más de una semana durante el verano… y todo ello sin contar el último año de oposición en el que el estudio se incrementó hasta estudiar más de 12 y 13 horas a diario durante más de 8 meses, sin parar de estudiar casi ningún día. Sin embargo, aunque al principio de la oposición me era más complicado comprender que la renuncia era necesaria, a medida que pasaba el tiempo, no se me hacía gravoso porque eran más las ganas de seguir adelante y aprobar ya que era consciente de que la oposición no iba a durar eternamente y de que, si conseguía aprobar, iba a volver a tener una vida “normal” en la que podría disfrutar de mi tiempo y valorar todo lo que no podía hacer y que ahora sí puedo.

¿Es necesario rodearte de un ambiente específico mientras estudias la oposición?

Soy consciente de que las circunstancias de cada opositor son distintas pero, en mi caso, el ambiente de estudio es esencial. En mi caso, estudiaba en mi casa, en mi habitación, lo que ha significado que mis padres y mi hermano han opositado tanto como yo porque cuando yo estudiaba apenas hacían ruido, ponían el volumen de la televisión casi al mínimo… han hecho un esfuerzo enorme para que yo estuviera tranquilo ya que necesitas tener la máxima concentración el mayor tiempo posible. Además, creo que también ayuda estar en un ambiente de estudio en el que tú te sientas a gusto, tengas todos tus temas y tus libros organizados a tu manera o te puedas sentar en una silla cómoda ya que tu día a día va a ser estar sentado delante de una mesa estudiando, con lo que tener organizado previamente el sitio donde estudiaba, me ayudaba a estar bastante concentrado y sin distracciones.

Una vez apruebas, puedes elegir entre ejercer de juez o de fiscal. ¿Por qué te inclinaste finalmente por la fiscalía?

Un aspecto positivo de nuestra oposición es que te permite elegir entre dos carreras profesionales: la judicial y la fiscal. Cuando estaba en el colegio ya tenía claro que quería estudiar judicatura y quería ser juez, incluso durante la carrera tenía esa idea. Probablemente la carrera fiscal es una gran desconocida y yo no tenía tampoco muy claro cuál era el trabajo del fiscal hasta que, mientras estudiaba, comprendí realmente lo que hacía. Los fiscales, a grandes rasgos, nos encargamos de defender la legalidad y los derechos de ciudadanos. Nuestra actuación con mayor peso se centra en el proceso penal sosteniendo la acusación pública frente a que existan indicios racionales de que ha cometido un delito o también solicitando la absolución en caso de que consideremos que no existe delito. También tenemos una importante actuación dentro del proceso civil, sobre todo, en defensa del interés de los y las menores y de las personas con discapacidad. Uno de los aspectos positivos es que, como fiscal, tienes contacto estrecho con las fuerzas y cuerpos de seguridad en las investigaciones penales. Y en los juicios, tienes un papel activo en el que tienes que esforzarte para convencer al tribunal de tu posición. Y, por último, también me gustaría resaltar que actuamos de acuerdo con los principios de unidad de actuación y dependencia jerárquica que nos permiten actuar con unidad de criterio en todo el territorio nacional, con plena objetividad e imparcialidad.

Muchos aspirantes que se pasan años estudiando, al final renuncian por la dificultad de conseguirlo. ¿Qué consejo les darías?

A las personas que tienen pensado empezar a estudiar la oposición y a quienes ya están en ello, les daría el mismo consejo: que no duden en empezar o en continuar pero siempre teniendo claro que hay que estudiar muchísimo para aprobar porque la oposición es una competición contra los demás opositores. Obviamente, cuando te planteas estudiar una oposición son muchas las dudas que te asaltan, ¿cuándo aprobaré? ¿cuánto tiempo tendré que estar estudiando? ¿seré capaz de conseguirlo?... Y estas dudas las mantienes durante toda la oposición, sobre todo cuando van pasando los años y tú sigues estudiando. Pero en este sentido me quedé con una frase que, desde la primera vez que me la dijo mi preparador, se me quedó grabada. Y es que cada opositor tiene su propio ritmo en su oposición. Y creo que es verdad porque inevitablemente te acabas comparando con otros opositores pero con disciplina, fuerza de voluntad y esfuerzo, se acaba consiguiendo, no tengo ninguna duda. Y es por eso por lo que diría que nunca se rindan porque el esfuerzo merece muchísimo la pena, más de lo que puedas llegar a imaginar cuando estás estudiando. Y el día en que consigues tu aprobado es el más feliz de tu vida.

¿Cuál es tu siguiente objetivo en tu carrera?

La verdad que aún no me lo he planteado ya que apenas llevo unas semanas ejerciendo. Mi objetivo ahora es formarme bien y aprender muchísimo a la hora de hacer escritos, juicios, interrogatorios, guardias… y poder tratar con todas las especialidades en que se divide el trabajo del fiscal para ver a cuál me gustaría dedicarme. Una de las cosas que también quiero hacer a corto o medio plazo es convertirme en preparador de estas oposiciones ya que creo que debe ser una experiencia muy gratificante y enriquecedora ayudar a conseguir su propósito a personas que quieren convertirse en jueces y fiscales

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