Algunas felonías y corruptelas patrias
- Damián Beneyto Pita
España siempre ha sido un país donde han abundado los traidores y los corruptos a todos los niveles pero especialmente en la política. Eso de que cada uno tiene su precio se acaba convirtiendo en un axioma por estos lares desde los albores de nuestra historia.
Ya el pobre Viriato allá por el año 139 a.C. fue traicionado por tres corruptos (Audas, Diltacón y Minuros) a cambio de unas perrillas que les prometieron los romanos y que por lo visto no cobraron.
Otro personaje traidor y corrupto fue el conde D. Julián noble visigodo que, en el siglo VIII, facilitó la invasión musulmana de la Península Ibérica con su traición al Rey Don Rodrigo aliándose con el jefe musulmán Tariq ben Ziyad.
Según se cuenta, en el siglo XIV reinando Fernando IV de Castilla era tal la cantidad de alcaldes, escribanos y oficiales que admitían sobornos y prevaricaban que se establecieron penas durísimas para estos sinvergüenzas, desde el destierro a ser azotados, desorejados o ajusticiados si eran reincidentes. (Lo de desorejarlos no estaría mal volver a ponerlo en vigor, a lo mejor se lo pensaban algunos de los actuales mangantes).
Otro ilustre felón y granuja fue Antonio Pérez, Secretario de Cámara de Felipe II que se enriqueció a costa de su cargo y medró contra el Rey junto con la Princesa de Éboli. Descubiertas sus felonías y granujadas tuvo que salir de la corte por piernas para salvar el gaznate. Le cabe el honor a este canalla de ser el autor de lo que luego se conocería como la “Leyenda negra” de España.
En el siglo XVII con los últimos reyes de la Casa de Austria aparecen unos personajes que no tienen desperdicio, me refiero a los validos. Los validos eran las personas de confianza de los monarcas en los que depositaban todo el poder político. Casi todos fueron gente sin escrúpulos con las manos muy largas y la cara muy dura que aprovechándose del cargo y de la indolencia de los reyes, robaron a espuertas y colocaron a sus familiares, amiguetes y amantes en la corte, ¿les suena?
Uno de los mayores sinvergüenzas fue el duque de Lerma, valido de Felipe III que robando a la hacienda pública llegó a comprar pueblos enteros con sus correspondientes rentas y a colocar con cargos y prebendas a toda su familia. Tampoco fueron mancos los validos de de Felipe IV, el conde-duque de Olivares o el de Carlos II, el conde de Oropesa.
El siglo XIX muchos políticos, militares y nobles se dedicaron a realizar grandes negocios lucrativos a costa del erario público. Ha pasado a la historia el escándalo financiero relacionado con las concesiones del ferrocarril que comenzaba a construirse en España allá por el año 1854. En este latrocinio participaron excelsas personalidades como Dña. Mª Cristina de Borbón, madre de Isabel II, su esposo el duque de Riansares, el marqués de Salamanca ministro en varias ocasiones, el general Narváez, el banquero Nazario Carriquiri, etc. Este asunto, que no llegó a los tribunales, acabó con la caída de la monarquía y el exilio de Isabel II a Francia.
La II República y la Guerra Civil tampoco se libraron de enjuagues, chanchullos, pasteleos o trapicheos. Uno de los más sonados fue sin duda el llamado “escándalo del estraperlo” especialmente por la crisis política que produjo en el segundo bienio republicano y que acabó costándole la presidencia del Consejo de Ministros a D. Alejandro Lerroux. Este asunto tuvo más ruido que nueces al ser aireado convenientemente por la prensa de izquierdas bien alimentada por los Sres. Azaña e Indalecio Prieto. Ni siquiera tuvo que ver nada con el estraperlo ya que fue el intento de introducir en España, mediante algunos sobornos, unas ruletas fraudulentas para casinos fabricadas por dos individuos holandeses llamados Strauss y Perlowitz de ahí lo de “Stra-Perlo”, cosa que nunca consiguieron.
Pero los casos de corrupción más graves de toda la Historia Contemporánea española fueron perpetrados por los socialistas durante la II República y la Guerra Civil como documenta D. Javier Paredes Catedrático emérito de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá.A principio de septiembre de 1936 D. Juan Negrín de acuerdo con D. Francisco largo Caballero decidió sacar el oro del Banco de España según él a un “lugar seguro”. Diez mil cajas fueron llevadas a Cartagena de las cuales 7.900 se enviaron a Rusia y el resto a Francia. Tras el oro salió la plata del patrimonio nacional. Además, con la excusa de que en las cajas privadas de seguridad de los bancos podían haber armas o documentos comprometedores para el gobierno se reventaron miles de ellas donde se guardaban joyas y dinero. Todo ello más lo incautado en domicilios particulares sumaban una riqueza incalculable.
De la inmersa fortuna que se sacó de España, lo que fue a Rusia se lo quedo Stalin supuestamente para dotar de armamento al frente popular lo que, según reconoce hasta Indalecio Prieto, fue una estafa en toda regla. Del resto se beneficiaron los dirigentes republicanos y sobre todo los socialistas.
Socialistas afectos a Indalecio Prieto acumularon millones en pesetas y divisas que fueron transportados a México en el yate Vita, millones que fueron reclamados por Negrín a Prieto, a lo que este se negó aduciendo la falta de legalidad del grupo de Negrín.
Otros ilustres exiliados también hicieron su agosto esquilmando al erario público y a particulares. Ahí van unos ejemplos:
Álvaro de Albornoz colocó en el Chase Bank 125.000.000 de francos.
Luis Araquistáin y Alberto Otero colocaron en el Chase Bank, Crédit Lyonnais, Banque de L´Europe, Banque Comerciale, Eurobank y Dreyfus la nada despreciable cantidad de 851.000.000 de francos.
Fernando de los Ríos y R. Méndez situaron en el Banco Comercial de Washington la suma de 228.645.00 de francos.
Juan Negrín situó en Eurobank la suma de 370.000.000 de francos.
La lista podría continuar, pero para muestra valen estos botones.
Durante el franquismo también hubo algún que otro apaño, fregado o componenda, destacando el que se denominó “Caso Matesa” (Maquinaria Textil del Norte de España, SA) a finales de los años sesenta.
La venta fraudulenta de unos telares con ayudas públicas (Banco de Crédito Industrial) mando a la cárcel entre otras personalidades a tres ex ministros (Juan José Espinosa San Martín, Faustino García-Moncó y Mariano Navarro Rubio), así como al propietario Juan Vila Reyes.
Después de la Transición y a pesar de promesas y buenas intenciones, nuestros políticos de pro volvieron a las andadas y los casos de corrupción, latrocinio, golfería, pillaje, estafa y rapiña han sido algo habitual ante el asombro primero y la resignación después del pueblo soberano al que sólo le ha quedado despotricar en barras y terrazas.
La llamada “honradez centenaria” del PSOE ha sido una de las más grandes falacias inventadas por un partido cuya historia ha sido una secuencia de robos y saqueos.
Y así, como la cabra siempre tira al monte según el dicho popular, los gobiernos socialistas de D. Felipe González volvieron a rememorar tiempos pasados. Ahí van algunas muestras:
El caso Filesa, Matesa y Times Export fue una forma fraudulenta de financiar al PSOE que consiguió más de 1.000 millones de pesetas de las de 1980.
El caso Flick, dinero que supuestamente recibió PSOE de la socialdemocracia alemana a través de un entramado empresarial que nunca llego a aclararse.
El caso Roldán, Luis Roldán, director general de la Guardia Civil fue la cabeza de turco, y no por ello menos culpable, del saqueo y malversación de los fondos reservados del ministerio del Interior en cantidades nunca conocidas.
El caso Guerra; el hermanísimo del entonces todo poderoso Alfonso Guerra, Juan Guerra utilizaba un despacho oficial para malversar, estafar y traficar con influencias.
Pero uno de los casos más abyectos fue el llamado caso GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación). Con dinero público salido de los fondos reservados del ministerio del Interior se organizaron grupos parapoliciales para practicar terrorismo de estado. Durante su existencia se asesinaron a 27 personas, algunas sin ninguna vinculación con ETA, se secuestró, se torturó y se malversó dinero público. (Si esto lo hace un gobierno del PP se hubiera acabado la democracia en España).
También los gobiernos del PP tuvieron sus descuideros y montaron algún que otro chiringuito para su financiación y para el lucro personal de algunos espabilados. Asuntos como Gürtel, Palma Arena, Bárcenas, Púnica, etc. Llevó a más de un mamandurriero popular ante la justicia.
Pero los casos de corrupción más graves de toda la Historia Contemporánea española fueron perpetrados por los socialistas durante la II República y la Guerra Civil como documenta D. Javier Paredes Catedrático emérito de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá. A principio de septiembre de 1936 D. Juan Negrín de acuerdo con D. Francisco largo Caballero decidió sacar el oro del Banco de España según él a un “lugar seguro”. Diez mil cajas fueron llevadas a Cartagena de las cuales 7.900 se enviaron a Rusia y el resto a Francia
Otros que tampoco se han andado con zarandajas han sido los partidos nacionalistas vascos y catalanes, pero curiosamente ni los medios de comunicación, ni la UCO les han prestado demasiada atención. El dinero público birlado o malversado por unos y otros ha sido incalculable, especialmente por los secesionistas catalanes con el Sr. Pujol a la cabeza que, asombrosamente, no ha acabado en el banquillo a pesar de ser vox populi sus tejemanejes y los de su familia.
En los últimos años el PSOE ha rizado el rizo de su tradición saqueadora y ha dotado sus desmanes de un halo de cutrez e indecencia. Desde los ERES andaluces a las presuntas bacanales del tal Ábalos por esos paradores de Dios pasando por el Tito Beni, el hermanísimo o la primera dama, han ocurrido toda clase de golferías y gatuperios pagados por las arcas públicas, es decir, por el pueblo soberano.
Es tal la desvergüenza de este gobierno que no tiene ningún pudor en utilizar la Abogacía del Estado, la fiscalía general o el Tribunal Constitucional para tapar sus presuntas infamias.
La deshonestidad en la política patria nos viene de raza como a los galgos de ahí que sigamos erre que erre apostando por salvapatrias de la peor especie.


