Que quede constancia… y, además, se reían

Juan Andrés Frías González

Me interpelaba un vecino hace unos días sobre lo entretenida que se estaba poniendo la política española, para los que no nos resistimos a expresar nuestra opinión sobre las cosas que nos suceden. Y como en los pueblos nos conocemos todos me recordó que yo había militado en ese Partido al que hoy me atrevo a cuestionar, guardando siempre el respeto que me merecen las opiniones que no coinciden con la mía, salvo que resulten, a mi criterio, excesivamente descabelladas.

Tuve que recordarle que la gente suele casarse con su pareja, pero no con su Partido, por lo que en un momento determinado igual que se entra con total libertad, se puede abandonar la militancia cuando se estime oportuno. Ese hecho no debería colocar en una parte del muro que nuestro Presidente pretende levantar. Con el de Berlín ya tuvimos bastante.

juan andres Juan Andrés Frías González

Hecha la distinción entre matrimonio y militancia, quería hacer referencia a Carlos Alsina (Onda Cero, 2 de diciembre ) cuando cita como “destacable” los 20 segundos de debate en el pasado (o antiguo)Congreso del PSOE. Pedía una delegada de izquierda socialista intervenir para debatir la gestión de la Ejecutiva que, según los Estatutos, se debe hacer antes de la votación. Interviene de manera respetuosa para decir (más o menos literalmente) “que le gustaría expresar lo que creemos que en este tiempo no ha estado desarrollado como creemos, con más participación. Si se puede intervenir. Y si no, que quede constancia de lo que pedimos”. Respuesta, también educada, del Presidente del Congreso. “Gracias compañera, quedará constancia de tu intervención, efectivamente en este sentido”.

Se acabó el debate del 41 Congreso, para dar paso al reparto de flores de Pascua y corazones agradecidos. Una amplía sonrisa circulaba por el plenario partidista.

No sabemos, pero creemos que no fue más allá.

No me dirán que no hicieron el esfuerzo que debían.

¿Así son los Partidos hoy? Podríamos decir, entonces, que son manifiestamente mejorables.

Y no será que no había asuntos a debatir, fuera y dentro de la militancia.

Leyes que permiten soltar delincuentes antes de tiempo, leyes de amnistía contra la letra y el espíritu de la Constitución de 1978, acuerdos de legislatura negociados fuera de España para sonrojo de los espectadores, puesta en marcha de un cupo catalán que vendría a sumarse al que ya disfrutan en Euskadi y Navarra… Los puntos suspensivos se explican por necesidades de espacio.

Hemos pasado, sin hacer ningún esfuerzo para ello, de contribuir a la puesta en marcha de la democracia, muchos gratis total, a pertenecer a la fachosfera porque no reímos las ocurrencias del “puto amo”

Y, para los que quieran contrastar, recuerden, los que no sean suficientemente jóvenes, el debate sobre la OTAN, de entrada NO, cuando el Presidente cambió de opinión y el Sr González tuvo que sudar la camiseta, consiguiendo un triunfo entre los suyos y los demás. España votó y permaneció dentro de la organización militar de los países libres, unos más libres que otros, para que no sea tan aburrido.

Y entre los menos libres en estos momentos, ese país donde el Dictador ha ganado muchas elecciones, como en España. No, nos referimos a Venezuela donde dice el Sr Zapatero que la libertad y la democracia se desborda por las alcantarillas, mientras los que ganan pasan por la embajada española para ser humillados antes de ser expulsados por atreverse a desafiar a los delincuentes.

¡Viva Cuba libre… y Caracas también!

Y España, en la que”disfrutamos” de leyes para desmemoriados que primero fueron históricas, luego han pasado a ser democráticas y terminarán siendo represoras del sentido común. Como diría Sabina, lo niegan todo, incluso la verdad, expulsada de los libros de texto y perseguida desde las instancias oficiales más allá del muro que nos avergüenza.

Hemos pasado, sin hacer ningún esfuerzo para ello, de contribuir a la puesta en marcha de la democracia, muchos gratis total, a pertenecer a la fachosfera porque no reímos las ocurrencias del “puto amo”.

Y el calificativo empieza a representar la cruda realidad: cada vez menos libres y más sospechosos. De no obedecer los dictados de los que sólo saben dictar porque

la libertad se les antoja demasiado arriesgada para sus intereses inmediatos.

Y en la inmediatez humillan a las víctimas, sean de la horda terrorista,sean de la violencia de un cauce desbordado.

Se puede homenajear a las víctimas del siglo pasado sin menospreciar a las que todavía buscan recuperar su vida en la normalidad. Si una iglesia resulta inadecuada pueden elegir escenario y dejar fuera el sectarismo que nos empobrece cada día.

Va siendo hora de la generosidad… y de un comportamiento político más civilizado.

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