Esta pregunta nos la hacíamos el otro día, cuando escuchamos a Rodríguez Ibarra, decirle a su secretario general extremeño, MAG, delante de muchos socialistas, aquello de “que tiene la obligación como extremeño y como socialista” de seguir manteniendo la posición de oponerse el cupo catalán. ¿realmente quien manda en el Psoe Extremeño?

 Juan Ignacio Díaz Martín

La insinuación de Ferraz, es decir, Pedro Sánchez, de hacer pasar a MAG por unas nuevas primarias, a modo de “meterle presión” para que abandone posiciones frentistas con el aparato del partido a nivel nacional, ante el desvarío que nos ofrece un gobierno en clara minoría parlamentaria, que tiene una sola receta para seguir asentado en la Moncloa: ceder a consta de lo que haga falta, es un momento de tal relevancia, que al final, han tenido que salir los ex presidentes Ibarra y Vara a arropar a Gallardo, para que al menos, no le tiemble la mano si tiene que dar un golpe en la mesa de Ferraz.

Quien realmente no manda a la hora de llevar a la práctica la acción del gobierno, es Pedro Sánchez. Ya sabemos que en ese lance, se lleva el gato al agua siempre Puigdemont. Blanco y en botella, Sr. Ministro. Quien no quiera verlo o trate de echar balones fuera, nos toma por imbéciles.

Si el resto de la legislatura, va a ser una demostración de quién es el que manda realmente en cada ley, en cada presupuesto, con cada medida que requiera contar con los siete votos de los independentistas catalanes, mejor tirar los dados y que la mayoría de los votantes españoles volvamos a decidir quien debe mandar realmente y quien no debe mandar sin merecerlo o por fruto de una debilidad aritmética.

 No sabemos si MAG realmente manda en el Psoe extremeño, o es Ibarra o sigue mandando Vara; cuando Ferraz apriete, veremos el desenlace y quien mantiene su posición, o quien se tiene que ir a casa.

Ver a Pedro Sánchez, llegar la otra noche al Congreso de los Diputados, para poder contar con su voto imprescindible para sacar adelante la iniciativa sobre vivienda, pensando que contaba con los siete votos de sus “secuestradores” y poder comprobar unos minutos después, que le habían tomado el pelo, ya que votaron en contra, debió ser un momento de reflexión interna donde la única pregunta que debía rondarle la cabeza en esos momentos al hasta ahora Presidente del Gobierno de España, debía ser: ¿Pero quién manda realmente?